miércoles, 24 de octubre de 2007

Pao Valery

Paola Valeria Cárdenas. Octavo semestre “B”.
Administración, Gerencia y Gestión. 24/10/07.


La administración, actividad cotidiana

El ser humano como protagonista y productor de todo el conocimiento humano, a lo largo de la historia ha desarrollado métodos que le permitan realizar actividades adecuadas para obtener mejores resultados. Así, las antiguas civilizaciones de Mesopotamia, Grecia y Roma reflejan aquel desarrollo en cuanto a la conducción de los asuntos políticos, a la construcción de caminos y estructuras masivas y al avance en sistemas elaborados de contabilidad.
Desde la Revolución Industrial, que ese inició a mediados del siglo XVIII, hasta la actualidad, una de las actividades realizadas por el ser humano que se destaca y sobresale es la administración de la empresa. El hombre como sujeto social se relaciona con la empresa durante toda su vida. Asimismo, desde su nacimiento pertenece a instituciones como la familia, y a medida que crece se vincula a otras como la escuela, etc. Pese a que la relación entre el ser humano y la empresa se forja durante años, el hombre no consigue comprender su proceso ni cómo funciona ni sobrevive o crece.
En este sentido, todo ser humano es un administrador. Administra su vida y una institución social como la familia. De manera que la práctica de la administración se encuentra en cada una de las facetas de la actividad humana.
Por lo tanto, dado que las empresas no son autónomas ni autosuficientes requieren directores, gerentes, jefes, supervisores, recursos materiales, técnicos y económicos, etc., es decir, todo un aparato administrativo conformado por personas calificadas que sean capaces de administrarlas de manera apropiada. Entonces ante el vínculo del ser humano con la empresa, se necesita comprender el proceso de administración.
La administración consiste en “interpretar los objetivos de la empresa y transformarlos en acción empresarial mediante planeación, organización, dirección o gerencia, y control de las actividades realizadas en las diversas áreas y niveles de la empresa para conseguir tales objetivos”. (Chiavenato, 3)
Entonces la labor del administrador se orientará a alcanzar el objetivo u objetivos de la empresa. “Un objetivo administrativo es una meta que se establece, busca y persigue en un ámbito o campo de acción bien definidos”, según Johanna Yépez, ingeniera empresarial. Pero la administración va más allá. Para comprender su proceso es indispensable la aplicación de las funciones administrativas: la planeación, organización, dirección o gerencia y control. Funciones que se interrelacionan.
La planeación se refiere a la capacidad para seleccionar información, adquirir conocimientos y, de acuerdo a ellos, proyectarse con competencia para el futuro. Una vez que se ha planeado, la siguiente etapa es la organización, que consiste en “establecer relaciones efectivas de comportamiento entre las personas de manera que puedan trabajar juntas con eficacia y obtengan satisfacción personal…”. (Mendieta, Zea, 30)
“La dirección o gerencia se encarga de la conducción de la actividad humana (motivación, liderazgo y comunicación (…). Por tanto es imprescindible conocer [los recursos humanos], ya que la empresa está constituida por personas que ocupan cargos diferentes en niveles diferentes, y realizan tareas diferentes”. (Chiavenato, 301). En este concepto el término gerencia se ha empleado como sinónimo de administración, o de quien administra, sea en las empresas o en las demás organizaciones. Es decir, se aplica como función de dirección ejercida en el nivel medio de las empresas.
Y, para finalizar el proceso administrativo, el administrador necesita controlar. Controlar es “determinar que se está realizando, esto es, evaluar el desempeño y, si es necesario, aplicar medidas correctivas, de manera que el desempeño tenga lugar de acuerdo con los planes”. (Mendieta, Zea, 30). La aplicación de las funciones administrativas es vital en el proceso pero el camino por recorrer es largo.
La administración no es una práctica ajena a nuestras actividades. El ser humano puede administrar su hogar, pero administrar una empresa es un salto de la cotidianeidad a un ámbito más complejo, que se distingue por la capacidad de una persona para gerenciar y gestionar así como para ser líder, junto a la motivación y voluntad para dirigir -una minoría- y no ser dirigido -la mayoría-.
El desafío para el ser humano está planteado: cultivar tales capacidades y aptitudes para administrar una empresa o esperar que otros lo hagan.

Textos consultados
· Chiavenato, Idalberto, “Administración Teoría, proceso y práctica”. (Mc Graw Hill, Bogotá), junio de 2001: 3, 301

· Mendieta, Marcelo; Zea, Francisco, “Principios de Administración”. (Unidad Académica de Estudios a Distancia de la Universidad Católica de Cuenca, Cuenca), 2001: 2, 30, 39, 58.

1 comentario:

Edward dijo...

Interesante artículo, este tipo de cosas se aprenden estudiando Licenciaturas de contabilidad y administración.